Coincidiendo con el auge mediático del drama de los desahucios, nos llega el avance de resultados de la Encuesta a las Personas sin Hogar que realiza el Instituto Nacional de Estadística.
El tamaño de la muestra, compuesta por los usuarios sin hogar de los centros asistenciales de alojamiento y restauración, denota un aumento en la necesidad de uso de estos servicios, cercano al 5% entre los años 2005 y 2012, que cambia, respectivamente, de 21.900 usuarios en el primer año, hasta los más de 22.938 de este último año.
Los motivos por los que estas personas pierden su hogar son diversos,
pero destacan con una gran diferencia porcentual la pérdida del trabajo,
y en menor medida la separación matrimonial, como podemos observar en la tabla siguiente:
Tabla 1.
El estudio además nos demuestra que la gran mayoría de las personas que se quedaron sin hogar son hombres, siendo algo más del 80% del total, especialmente los españoles de entre 45 y 64 años.
La situación geográfica también influye enormemente, destacando las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, con unos porcentajes que quintuplican con creces la media española de personas sin hogar, debido en gran medida al número de inmigrantes procedentes del norte africano, a lo que también es importante añadir uno de los PIBs per Cápita más bajos de toda España. Los resultados quedan reflejados en la siguiente tabla:
Tabla 2.
Las consecuencias sociales de este drama, muchas veces ocultado y olvidado por instituciones y medios de comunicación, son aún mayores cuando se conocen datos como que cinco de cada diez personas sin hogar tiene hijos. El estudio también refleja que las situaciones familiares más comunes que han vivido estas personas
hasta que cumplieron la mayoría de edad fueron el fallecimiento de algún familiar, o la pobreza.
Otro dato a destacar, es la duracción del periodo que estás personas llevan sin hogar, en la que destacan las personas que llevan más de 3 años en esta situación, como demuestra la siguiente tabla.
Tabla 3.
La situación económica de las personas sin hogar también sufre variaciones, especialmente dependiendo de las fuentes de ingreso con las que subsisten, destacando la Renta Mínima de Inserción, que solo se da en un 11% de los casos, y suele corresponder a un 70% del Salario Mínimo Interprofesional. También destacan las limosnas como una de las principales fuentes de ingresos de estos colectivos, lo que demuestra la enorme situación de precariedad con la que pueden convivir a diario las personas sin hogar.
Tabla 4.
Estudios como estos nos demuestran que la pobreza extrema, hasta el punto de no tener un techo en el que pernoctar (algo que viola incluso el Art. 47 de la Contitución Española) es algo a la orden del día en paises como España, que ya sufría unos niveles similares de este drama social en años de crecimiento económico, en los que los "sin techo" eran igualmente los olvidados del sistema económico, político y social.
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